domingo, 24 de junio de 2012

De las plazas que tenemos…




A mediados del año 1991 (o sea, hace poco más de dos décadas) leí un trabajo periodístico que indicaba que Mérida era la ciudad de Venezuela con mayor cantidad de plazas y parques.
La verdad era que un paneo, un otear sobre la Mérida de inicios de los 90, revelaba que era del todo cierta esa información sobre la gran cantidad de espacios públicos disponibles. Plazas por aquí, parques por allá.
En son de broma, en una oportunidad el ex alcalde Fortunato González afirmó que Mérida era también la ciudad con más estatuas y bustos del país, y que llegado el momento cada uno de nosotros (¿por qué no?) tendría su propio legado en cemento, para no decir bronce u otro mineral más codiciado.
Así, una plaza dedicada al fútbol (allí, junto a Glorias Patrias) con un balón coronando el pedestal, hasta un inquieto Charlot pedestre – como todo Charlot - allá en la avenida 1, hasta un avión militar, un tanque, una trucha, heroínas y héroes, escritores, artistas y hasta un Orlando Paredes, especie de gurú local de la belleza o también el “Osmel Sousa merideño”, todos tienen aquí en Mérida su espacio para el homenaje, su plaza, su busto.
Pero bien, el tema de la cantidad de espacio público disponible es crucial en los registros modernos más exigentes para determinar puntajes sobre calidad de vida. Para decirlo más claro: a más espacios públicos, mejor calidad de vida. No es la única variable, se entiende, pero sí es una que con el correr de las décadas y la presión demográfica sobre las ciudades, se vuelve más determinante.
El caso es que nuestra cantidad puede ser motivo de orgullo pero la calidad de esos espacios, sobre todo en lo referente al mantenimiento y conservación, es una prueba que dudosamente podríamos pasar.
Hay plazas, incluso, que fueron tragadas por el olvido gubernamental. Por ejemplo, el Paseo Luciano Noguera Mora, que comunicaba a la avenida Andrés Bello con la entrada a la urbanización Belenzate, usando las riberas del río Albarregas: éste espacio desapareció por falta de mantenimiento.
Eventualmente una administración en la alcaldía corta el monte, recoge la basura de esos espacios olvidados y es como si, cual hallazgo arqueológico, hubiesen dado con una plaza perdida de una civilización remota. Entonces, con toda pompa, “inauguran” la nueva plaza, tal vez con nuevos bustos u otros motivos. Pero no es más que un espacio que ya estaba allí, sólo que la refundación, por lo visto, aporta mucho para el prestigio de la gestión del gobierno local o regional.
Dada la situación de precariedad de algunas plazas, cualquiera agradecería el  “rescate”, más allá de que un operativo de limpieza, iluminación, arreglo y pintura sea catalogado de inauguración. Eso es lo de menos: lo importante sería que realmente existiera un proyecto completo que monitoree de norte a sur y de este a oeste, todos los espacios públicos que existen en la ciudad y se le mantenga en condiciones de uso, para que puedan ser sumados, computados, a los metros cuadrados que requiere Mérida para su desarrollo humano.
Valga agradecer al sistema de transporte masivo Trolebús (puntualmente a Tromerca) el mantenimiento de áreas verdes pertenecientes a esta red. Sabemos que muchos consideran que el Trole no mejoró los espacios públicos sino que, por el contrario, los afectó, los disminuyó. Eso es un tema para la discusión pero debe reconocerse que el servicio al menos aplica una política de mantenimiento que permite disfrutar de cierta estética visual en las área verdes, cosa que se agradece en una ciudad en la que, como hemos apuntado, la basura, el monte, los escombros y la desidia gubernamental y en cierta forma ciudadana, atentan contra esa tradición de espacios verdes por la cual Mérida se ha hecho famosa.
De las plazas que tenemos, a las que vendrán, sólo hace falta mantenimiento. ¿Es mucho pedir?

Les incluyo un simpático video que muestra una de nuestras plazas más visitadas: Las Heroínas. El video es propiedad de Guía Turística Audiovisual.com. Acá lo insertamos desde youtube. 
 

¡Hágase la luz!



Una noticia enviada por la empresa Tromerca a los medios, nos dio motivos para la alegría: están colocando el cableado robado, que durante meses ha mantenido a oscuras varios tramos de las avenidas Centenario – en Ejido – y Andrés Bello, en Mérida.
Ya en esta misma columna hemos dedicado espacio a hablar del delicado tema del robo de los cables, un tema en el que operan fuertes mafias que parecieran desbordar la capacidad de la ciudad para resguardar su patrimonio público.
Nos queda la duda del cómo se hará para evitar nuevos robos, qué sistema se aplicará para que los cables no desaparezcan. Por ahora se ha dicho, ¡hágase la luz! y la luz se hizo para seguridad y belleza de la ciudad.

Acá les coloco un video realizado por ESPASA en 2009 que muestra uno de los tramos del trole que hasta ahora se había mantenido a oscuras y que, según la nhota de la empresa Tromerca, ahora estará iluminado.

lunes, 18 de junio de 2012

Rosas y espinas










Ojalá fuera un caso aislado... pero no lo es. En Residencias Rosa E se vive un escenario de zozobra luego de que la empresa Invermonca iniciara hace unos meses el movimiento de tierra en un terreno ubicado al lado de dos de las cuatro torres que integran Rosa E.  La idea de Invermonca es la de erigir un conjunto de edificios de apartamentos, en una zona cuya tradición siempre ha sido residencial, con estructuras verticales con una media de 9 ó 10 plantas.
Es obvio que la constructora nunca pensó en realizar acciones sobre el terreno que afectarán a sus vecinos. Pero el resultado ha sido calamitoso. La Alcaldía, que ya efectuó varias inspecciones, ha llamado a la empresa a reparar los daños ocasionados que incluyen – según la Alcaldía – haber incidido en el deslizamiento de la capa asfáltica de la vía de enlace entre Las Américas y Los Próceres, vía que da acceso a Rosa E.
Luego de intentar reparar el daño a esa importante vía, las lluvias generaron un movimiento de masas que afectó parcialmente los enormes muros que dan sostén al terreno donde se ubican las Torres 1 y 2. O sea: ahora el problema no es sólo la vía sino también los muros. Esto sin contar que servicios eléctricos, de gas residencial, de teléfono, entre otros, pueden verse comprometidos.
El aspecto que presenta el sector afectado justifica las angustias de los vecinos. Para la empresa constructora, estos gastos colaterales son de un impacto económico considerable. Se supone que ahora es más urgente reparar los daños para que el proyecto residencial avance, esta vez con mayores precauciones.
Cuando decíamos que este caso no es aislado es porque debido a los imperativos geomorfológicos que ofrece Mérida, cada obra, cada estructura, implica unas consideraciones de ingeniería que pudieran tomarse de forma ligera en muchas ocasiones. Casos como Alto Prado, Campo Claro, Los Bucares y Chama Mérida, son sólo unos pocos ejemplos.



Como complemento de este post, pueden escuchar y ver este video del Departamento de Prensa de La Alcaldía de Libertador donde se puede observar la zona en conflicto (cuando aún la lluvias no habían terminado de colpasar los muros) y donde el alcalde informa sobre los acuerdos temporales alcanzados entre los vecinos y la empresa:


sábado, 16 de junio de 2012

La movilidad sostenible...Un deseo insatisfecho

La organización Ecologistas en Acción publicó en SildeShare una excelente presentación con profusión de datos sobre el impacto de las actuales formas de transporte del ser humano y la necesidad de lograr avanzar hacia una movilidad sostenible, la cual, por cierto, está bastante alejada del uso del vehículo particular movido por energía fósil. La insertamos en MI CIUDAD por  su caracter didáctico, más allá de que la explicación ocurre en el contexto de España.



¡Aquí nadie entra!




La inseguridad, ya lo sabemos todos es, si no el principal problema que sufre el país,  uno de los más relevantes males venezolanos.
Las cifras no dejan lugar a dudas cuando se contabilizan los homicidios, secuestros, robos, hurtos, violaciones, extorsiones y otros delitos.
Por eso no parece buena idea cuestionar el hecho de que una comunidad busque mejorar su seguridad, apoyándose en algunas medidas como colocación de cercados eléctricos, instalación de cámaras de seguridad, garitas para vigilantes con sus respectivos trabajadores, alcabalas, portones eléctricos, reflectores nocturnos, alarmas y todo aquello que sirva para mantener alejado a los delincuentes.
A ver: de eso se trata toda esta parafernalia de mecanismos de seguridad: de alejar a los antisociales. No tienen el propósito – y tampoco es la intención, claro está – de acabar con las causas que generan la delincuencia sino alejar, mantener fuera, poner distancia entre el hampa y los indefensos ciudadanos.
El problema es que, como ocurre con todo mecanismo de seguridad, no sólo quedan afuera los malos: a los que no tienen intenciones de llevarse un carro o secuestrar a un vecino desprevenido, también les afecta de alguna forma este cerco feroz.
Vamos a explicarlo con un ejemplo: el sábado tenía cierta urgencia para llegar al centro. Me encontraba en La Hoyada de Milla, al norte de la ciudad de Mérida y me  dispuse a subir para atravesar la Urbanización Santa María de tal forma de tomar la avenida Universidad y llegar a mi destino en la avenida 3. Lo que ocurrió fue que entré a la Santa María y quedé encerrado en una calle que no llevaba a ningún lado. Es decir había una entrada única y por lo mismo una salida. El resto de las tres calles tanto por arriba como por abajo, estaban cerradas.
Vuelvo: Ante la hola de robos y terribles situaciones de angustia que han vivido algunos vecinos de esta comunidad (la Santa María) ¿Cómo cuestionar sus deseos de intentar crear un mínimo clima de seguridad, sobre todo cuando el Estado – y el gobierno de turno – no es mucho lo que hacen al respecto?
Pero el deseo de seguridad va dejando regada una estela de restricciones. Ante una emergencia de salud, médica ¿qué tiempo precioso puede perder una ambulancia en su intento de entrar a una comunidad cerrada por tres de sus cuatro costados? Y si se produce un incendio… ¡El camión quedará por fuera mientras dan con una entrada!
Esto sin contar las molestias para los propios habitantes que deben dar más vueltas. El transitar por Mérida (siempre una tarea limitada) ahora es un problema aún más grave.
Cuando llegué a Mérida en 1991 me encantó ver una ciudad abierta, sin cercados casi, parecía una comunidad en un lejano pero hermoso país donde los delitos son cosa rara.
Hoy el panorama es desalentador: comunidades cercadas donde se mira de reojo a quien entra a visitar. Cámaras que nos apuntan, vigilantes alertas.
¿Nos sentimos más seguro?... Tal vez sí. Pero el precio es la fragmentación de la ciudad, una desmejora en lamovilidad y transitabilidad urbana y claros signos de incomunicación. Cerramos la entrada a la inseguridad pero también el paso de una mejor ciudad. He allí el dilema.

Nevadas e inconsciencia





La señora Carmen Rivas, una amiga que habita en la comunidad paramera de La Asomada, me contó su preocupación ante lo que ocurre cuando tenemos la fortuna de tener una intensa nevada en nuestras altas montañas.
Ya todos sabemos que cuando nieva, en la ciudad de Mérida y zonas vecinas se produce un verdadero alboroto. Aquel que tenga el tiempo y la capacidad de movilizarse hasta el Collado del Cóndor (o Pico el Águila) sale disparado a intentar vencer las colas y las trancas en la angosta carretera Trasandina.
Este espectáculo natural lo celebramos todos. Pero hay una faceta negativa de la presencia masiva de personas en esos parajes que son, de paso, parques nacionales (o bien  el Sierra Nevada o bien el Sierra de La Culata): muchos tiran basura, pasan sus vehículos por encima de la vegetación y destruyen avisos. Claro, no son todos, pero si muchos.
La señora Rivas cree que las nevadas son para disfrutarlas pero pensando siempre en que el entorno se mantenga. Y tiene toda la razón.

domingo, 10 de junio de 2012

Algo pasa: cada día son más



La indigencia es una de las revelaciones de que los asuntos en nuestra sociedad no están funcionando como deben. Y no me refiero a esa indigencia que algunos intentan camuflajear como de “personajes típicos y pintoresco de la ciudad”, sino a la masiva, a la perturbadora, esa que nos asedia en cada esquina, como recordatorio crudo de la exclusión.
Es bueno aclarar esa alusión a los personajes típicos. El hecho de que, por ejemplo, haya existido una Amalia o un Amador, deambulando por las calles de Mérida en medio del saludo alegre de los parroquianos, no implica que esos seres  vivieron una vida feliz y despreocupada. Amador tenía serios problemas mentales y de alcoholismo. El hecho que en medio de sus desventuras transmuten a pintorescos emblemas de la ciudad, pudiera ser – especulo yo -  una especie de ardid social para “sentirnos menos culpables” por la suerte de estas personas a la deriva.
Pero lo que estamos viviendo hoy día dista mucho de unas pinceladas folklóricas por calles, esquinas y plazas que han sido tomadas por los desamparados. Incluso Nancy, la muy famosa “Fiscala” de la avenida las Américas con Viaducto Campo Elías, ha quedado opacada ante el surgimiento de una competencia de pedigüeños por necesidad o por sinvergüenzura.
La galería de la indigencia es abrumadoramente variada.
La semana pasada hubo un  día en el que seis personas entre hombres y mujeres, me pidieron dinero, asomados a la ventana del carro. Cuando digo pedir dinero uso una expresión fácil pero que no necesariamente encaja en el acto que cada una de estas gentes concretó ante mí. En algunos casos sólo se trataba de pedir algo con la certeza del no como respuesta. Por lo tanto la mano se estiraba, el gesto lastimero se exacerbaba, los ojos se perdían y la marcha seguía mientras yo me revisa los bolsillos a ver si encontraba una moneda. Es un pedir en automático, con lo cual que la idea de “autómatas” coincide con esta descripción.
Hay hombres y mujeres en rol de pordioseros. Hay niños y jóvenes de ambos sexos. Altos y bajos; negros, morenos y rubios. Alguno lucen desnutridos, casi llevados por el viento. Otros muestran una indiscreta obesidad con la que suelen perder clientes que por razones obvias ponen en duda que esa persona esté pasando hambre.
Hay enfermos mentales. Otros son alcohólicos de todos los días, otros son hampones venidos a menos.
Todos están allí afuera y cada día son más. El viernes en el semáforo de “Yuan Lin” vi un rostro nuevo, el de una mujer joven, morena y bajita con actitud desafiante y uno que otro gesto amenazador. Pedía y se reía. Era, se los aseguro, una risa triste.
“El gobierno de Venezuela lanzó la Misión Negra Hipólita en enero de 2006. Su objetivo es rescatar los niños y niñas en situación de miseria y combatir la marginalidad familiar de infantes y ancianos. La meta es cero niños de la calle, cero ancianos de la calle, cero familias abandonadas viviendo en un túnel, en un sótano o en un puente”. Así reza la referencia a una Misión creada para evitar la indigencia, aludida en una página gubernamental (específicamente la del Minci).
Es una gran iniciativa de gobierno pero que, al menos en la ciudad de Mérida, parece tener una cuenta pendiente con la realidad.

Las aceras se pierden en cámara lenta




Cerca de las sedes de Inparques y del Ministerio del Ambiente, en esa amplia calle de servicios ubicada detrás de las canchas deportivas de la avenida Las Américas,  algunas personas, seguramente aprovechando el desgobierno que se percibe en el por estos lares, han instalado progresivamente kioscos, tiendas y hasta restaurantes. El más reciente local, al menos para mí que poco paso por el lugar, es una venta de verduras que tomó alrededor de unos 50 metros cuadrados de vía y aceras como espacio del negocio.
Calles y aceras son de uso público. Es inconcebible que los ediles y la Cámara Municipal, pero igualmente la Alcaldía, no detengan este tipo de abusos. Si esas personas quieren trabajan tienen que hacerlo en áreas destinadas para esos uso. Lo demás no debe tolerarse.

lunes, 4 de junio de 2012

Para entender el Grafiti

Conseguí este excelente material sobre el Grafiti que nos puede servir de preámbulo para un debate sobre el arte urbano y cómo se puede pasar de la anarquía de los sprays a una verdadera concepción de creatividad y arte al servicio de la ciudad, tal como han hecho, por ejemplo, ciudades como Alicante, en España.  la presentación se llama Paredes que Hablan y puede ubicarse en SlideShare



domingo, 3 de junio de 2012

La agresión viene forrada de papel




De las campañas electorales se aspira que sean respetuosas, creativas, propositivas, pero sobre todo cortas. Como diría aquella canción “si las paredes hablarán” pedirían que los comandos de campaña propagandística tuvieran respeto por los bienes públicos y privados, tomando en cuenta la tradición destructiva que la agenda electorera trae consigo.
Partimos de la premisa de que ante las elecciones presidenciales del 7 de octubre, nada mejor que la población conozca las distintas opciones de los que tienen  aspiraciones de llegar a Miraflores pero, sobre todo, la gente – al menos en teoría -  busca oír, ver y analizar las propuestas, planes, proyectos y estrategias para alcanzar las metas propuestas.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) posee reglamentos que ponen  el acento en el tipo de campaña que debe desplegarse. Se trata de un documento al que suele prestársele poca importancia práctica cuando se trata de respetar el espacio público en el que los comandos concretan el acto propagandístico, espacio que no es otro en el que usted y yo nos movemos cada día, todos los días.
Si buscamos en la norma electoral algún punto de resguardo de los bienes urbanos, podríamos echar mano del artículo 76 que aparece en la vigente Ley Orgánica de Procesos Electorales. El referido artículo dice lo siguiente:
Artículo 76. Queda prohibida la fijación de carteles, dibujos, anuncios u otros medios de propaganda electoral en:
1. Las edificaciones donde funcionen órganos y entes públicos.
2. Los templos, clínicas, hospitales y unidades geriátricas.
3. Los monumentos públicos y árboles.
4. Los sitios públicos cuando impidan o dificulten el libre tránsito de personas y vehículos.
5. Los lugares públicos destinados a actividades infantiles.
6. Los centros de educación preescolar, básica y media.
7. Los bienes públicos y los bienes objeto de servicios públicos.
8. Las casas o edificaciones de los particulares, sin el consentimiento expreso de sus propietarios o propietarias u ocupantes, quienes podrán retirar la publicidad o propaganda electoral que sea colocada sin su consentimiento.
Por lo anterior, queda claro que desde el punto de vista legal, la ciudad sí tiene un apoyo para exigir respeto a la integridad del espacio público. Lo malo es que las fuerzas políticas en disputada por estos días suelen entrar en una especie de etapa de frenesí electoral donde poco o nada importa el respeto a la ciudad. Eso explica el lastimoso estado en el que terminan las calles, avenidas, plazas y parques, paredes de edificios públicos, fachadas de edificios y casas, el equipamiento urbano, entre otras víctimas de la arremetida propagandística.
Pese a que recientemente Tibisay Lucena, presidenta del CNE, anunció que la campaña electoral para la Presidencia de la República comenzará el 1° de julio y finalizará el 4 de octubre y que las campañas para las  elecciones regionales se efectuarán entre el 20 de octubre al 13 de diciembre a medianoche, al menos en Mérida ya tenemos claros ejemplos de violación de la norma electoral no sólo por el muy adelantado ejercicio propagandístico, sino porque los espacios agredidos con estas campañas, son los que aparecen expresamente protegidos en la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
Un ejemplo es que en la avenida 1, las paredes de la U.E. Colegio San José de La Sierra fueron usadas por los seguidores del Presidente Hugo Chávez, para colocar  unos coloridos carteles. Igualmente hemos visto graffitis de los seguidores de Henrique Capriles en los que se hace clara propaganda a destiempo y con la consabida agresión a los espacios.
La pregunta inquietante que debemos hacernos ante estos ejemplos de irrespeto es: si así operan pese a la norma y a la distancia de las elecciones ¿Qué le espera a la ciudad, a nuestro espacio público, cuando estemos en medio del hervidero electoral?

Trolebùs: a pasos del centro de Mérida





La siguiente infomaciòn es una parte de la nota de prensa que ayer le hizo llegar la empresa Tromerca a los medios de difusión. En ésta, se responde una de las inquietudes de muchos merdeños con respecto a las obras de trole, una vez llegada la lìnea 1 a la avenida Don Tulio. Es una buena noticia y esperamos por verla concretada en una etapa crucal del sistema de transporte.

La llegada de las imponentes unidades delTrolebús al centro de la ciudad ya es un hecho. Sólo metros separan al caso histórico deMérida de las últimas estaciones delTrolebús construidas en las inmediaciones delMercado Periférico.

Para continuar avanzando hacia la ruta del desarrollo del transporte masivo en la entidad, Tromerca ya ha adelantado negociaciones con la Universidad de Los Andes, a fin de iniciar la construcción del tercer tramo por la avenida Don Tulio Febres Cordero, en donde se asientan espacios de dicha casa de estudios.

Este nuevo recorrido, permitirá conectar la línea 1 con las líneas 2 y 3 por medio de una estación intermodal denominada “Los Conquistadores” ubicada en el Paseo Domingo Peña (Paseo deLa Feria), la cual presenta más del 90% desu edificación.

La culminación de todo el proyecto posicionará a Mérida como una potencia turística con un sistema de transporte que posee tecnología de punta y arquitectura vanguardista, a la altura de ciudades que han alcanzado gran desarrollo en lo social y en el área de transporte masivo. /Prensa Tromerca / Foto: Tromerca.


Un cariño para los viaductos



Hemos leído con mucha alegría el aviso que el Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre hizo público en los medios impresos de la ciudad de Mérida, en el que informan del inicio de los trabajos de reparación de las juntas de los tres viaductos que distinguen a la ciudad de Mérida: el Campo Elías, el Miranda y el Sucre.
La alegría viene por partida doble: primero por la obra en sí misma ya que desde hace varios años se ha denunciado el estado de deterioro de las juntas de estas tres estructuras fundamentales en la trama urbana de Mérida.
Pero nos alegra que se haya escogido el horario de 9:00pm a 3:00am para efectuar los anunciados trabajos. Suena lógico que sea en ese horario nocturno, cuando la ciudad duerme, pero recordemos que en muchas ocasiones las autoridades han escogido como horario las horas picos, trayendo el colapso a nuestra escasa oferta vial.

viernes, 1 de junio de 2012

Desde el 4 de junio Mérida revisa la Cultura Ciudadana




Saludos. Reproducimos la invitación que nos enviara la profesora Maritza rangel, coordinadora y motor del V Seminario de Espacios Públicos.   

V Seminario-Taller Sobre Cultura Ciudadana y Espacios Públicos, el cual se llevará a cabo durante los días 4 al 8 de junio del presente año en las Aulas Anfiteátricas de nuestra Facultad de Arquitectura y Diseño.

Este Seminario Taller tiene como objetivo central  propiciar la producción de conocimientos a través de la elaboración de estudios y el intercambio de experiencias, tendentes a incentivar un proceso de  formación ciudadana, a partir del espacio público urbano como el lugar idóneo para la convivencia y el logro de lo colectivo, factores medulares del desarrollo urbano sustentable. Para ello contamos con docentes e investigadores del Centro de Investigaciones en Ciencias Humanas (HUMANIC), el Departamento de Psicología y Orientación y el Grupo de Investigación sobre la Conciencia Social en Venezuela y América Latina (GISCVAL) de la Facultad de Humanidades y Educación, el Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, el Grupo de Investigación sobre Agricultura y Ambiente de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, la Escuela de Música de la Facultad de Arte, la Cátedra de la Paz, el CIDIAT, la Comisión Universitaria de Asuntos Ambientales y nuestro Grupo de Investigación sobre El Espacio Público de la Universidad de Los Andes. Contaremos además con la presentación de trabajos por parte de la Alcaldía del Municipio Libertador del Estado Mérida, la Fundación para la Cultura de Chacao, la Fundación Espacios para la Vida (Barquisimeto), la Gobernación del Estado Táchira, CORPOSALUD, el Programa de Doctorado en Desarrollo Sustentable de la Universidad Simón Bolívar, la Universidad del Zulia y la Universidad Nacional Experimental del Táchira. Adicional a lo anterior tendremos la visita de especialistas provenientes de Colombia, México y Argentina.

 Para acceder a toda l información del Seminario invitamos a visitar la siguiente direcciión:

http://www.cptm.ula.ve/merida2030/