lunes, 13 de julio de 2015

De porcentajes y olvidos



No quiero ser aguafiestas. Pero hay que advertir a los optimistas que cuando un alto funcionario del gobierno ha venido a Mérida a inspeccionar una obra y, en medio del fervor, lanza una fecha de terminación, este anuncio casi nunca se cumple y los merideños quedamos suspendidos en el espacio, esperando explicaciones serias y claras de lo que pasó.
Ya ha ocurrido varias veces con el Teleférico y con el propio Trolebús. Parece que a los ministros, viceministros y hasta al mismísimo Presidente se le suelen dar reportes que no necesariamente se ajustan al estado real de las obras.
La semana pasada, por ejemplo, vino a Mérida el ministro para Transporte Terrestre y Obras Públicas, Haiman El Troudi, quien informó en su cuenta en twitter, @HaimanVZLA que las obras de Trolebús Mérida (Tromerca), “alcanzan el 98% de avance en infraestructura vial”.

Además dijo que “en pocas semanas el Trolebús llegará al centro de Mérida y agregó que sólo falta instalar el componente electromecánico: Resta completar estaciones, colocar el tendido eléctrico del trolebús y los componentes electromecánicos del sistema”, expresó El Troudi
Entiendo que el Ministro desea, como todos por en esta hermosa ciudad, ver funcionado al trolebús. Pero sería bueno revisar en su real dimensión que significa para el ministro y para los responsables del trolebús, la expresión “en pocas semanas”, una frase que puede suponer un tiempo más extenso al que el sentido común puede acoger.
Porque “pocas semanas” deben ser eso…¡pocas semanas! Y en un sentido de mínima racionalidad, tendríamos que acertar que no deben ser más de 8 semanas (dos meses), porque de lo contrario la expresión más responsable hubiese sido “en pocos meses”. Nadie dice que llegará en pocos minutos a una reunión si la suma de esos minutos da 180 o más, ya que aunque hablemos de minutos estaremos abarcando varias horas.
Dejemos a un lado esta confusión de minutos, horas, semanas y meses y demos crédito a las autoridades. Confiamos en que esta etapa del trole los trabajamos, como ha quedado demostrado en la práctica, seguirán fluyendo de buena manera.
Existen, eso sí, varias obras (como la propia estación Los Conquistadores, el gimnasio vertical de La Plaza de Toros, entre otras) que cuando estaban muy cerca de ser concluidas, entraron en un letargo que nos dejó a todos sin explicación. Si nos parecen exageradas estas advertencias, pregúntele usted al  Centro de Convenciones que fue de su vida poco antes de ser terminado.
Lo que queremos es dejar claro que los anuncios deben tomar en cuenta que hay gente atenta, pendiente, vigilante, algunos ejerciendo eso que el propio gobierno ha dado en llamar la contraloría social. Esto no es otra cosa que un conjunto de observadores de los trabajos, quienes, con todo el derecho, más adelante pueden exigir explicaciones por retrasos que surgen como decretados por oscuras manos, oscuros intereses, oscuras mentes…

A mediados de septiembre el trolebús, en esta etapa, debe estar terminado. Si no es así, entones estaremos confirmando que para ciertos funcionarios, la escala del tiempo es otra y que por lo tanto, en una hora se puede, llegar de Mérida a Caracas…. ¡Por tierra!

Bienvenidas las vacaciones



Aunque la crisis nos mantenga cuadrando, calculadora en mano, los números para intentar ganarle al menos una a la inflación, a la especulación y a la falta de oferta y producción - que está detrás de ambos males - estoy convencido que en medio de tantos problemas, los venezolanos sacaremos tiempo para tomar algunos días de vacaciones. Además, los chamos no son precisamente aliados de quedarse en casa durante el largo asueto y aspiran al menos una semana de vacaciones, con todo lo que ello supone para el malogrado bolsillo.

Mis suposiciones de que la crisis no frenará del todo el afán venezolano por las carreteras y los paseos, se basa en una imagen que advertí este pasado fin de semana en el aeropuerto de Maiquetía, principal centro de tráfico aéreo del país, en el que los vuelos salían hasta el tope pese al brutal aumento que han registrado los pasajes. 

Sencillamente, a los venezolanos nos gusta viajar y parece que no hay crisis que los detenga. ¿O habrá otra explicación para los vuelos saturados?