domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Seguid el ejemplo?...



Una de las inauditas pintas gubernamentales afectando una obra de gobierno. Aunque suene feo a eso lo llaman en el verbo popular "escupir para arriba".


¿Cómo pueden calificarse las autoridades de gobierno que agreden los espacios comunes? Parece un contrasentido pero en Mérida vemos ejemplos de lo que puede haber en mente de algunos funcionarios, partiendo desde el mismísimo Gobernador, pasando por directores de organismos, concejales y demás figuras de la autoridad pública.

Es algo así como un médico que le causa una herida a su paciente. Un jardinero que arroja veneno a las flores o un electricista que corta los cables de las lámparas para que éstas no alumbres. O sea: lo contrario a lo que deberían.
Allí están, grotescas y sin pudor alguno por la destrucción, las pintas o graffittis que algunos miembros del propio partido de gobierno han hecho en distintos puntos de la ciudad.

La que más me llama la atención es la que “adorna” una pared blanca e inmaculada – al menos lo era – ubicada en la calle 26, en el área donde se construyen las nuevas obras del trolebús.
Impacta porque siendo una propaganda pinturreteada en una obra de gobierno, se jacta en su mensaje de resaltar la obra de gobierno. Es decir, se destruye y afecta eso que se quiere destacar. No entiendo.

Y tampoco entiendo el silencio de las autoridades del Trolebús, aunque si los comprendo. Semanas atrás las autoridades del Trole denunciaron a graffiteros que con sus acciones vandálicas destruyen los bienes del trolebús. Ciertamente la agresividad con la que actúan estos maleantes, destaca por su constancia y amplitud.

Pero en esta ocasión el daño fue igual, sólo que fue cometido por militantes del partido de gobierno. Y como la obra es del gobierno ¿A quién reclamar o echar la culpa?


Sólo digo que con amigos como estos nadie necesita tener enemigos.  Muy mala imagen dan de lo que tienen en la cabeza, ya que no llegan a pensar en la destrucción como mecanismo para, a troche y moche, hacer propaganda política, de la peor calaña. Pero así estamos: con una ciudad en la que sus autoridades se hacen los locos ante la ofensa.

La basura gana la partida


Un aspecto de la basura acumulada en la parte media del sector Los Curos. / Foto Cortesía Carlos Unshelm


Nos unimos y solidarizamos con la denuncia, reiterada y constante, que nuestro amigo Carlos Unshelm hizo recientemente sobre la evidencia de que aún la ciudad de Mérida no ha logrado estabilizar su problema en cuanto a la recolección de desechos sólidos.

Sabemos que mantener la ciudad limpia, aseada, pulcra, no es tarea fácil por varias razones pero donde destaca la falta de civismo de muchos ciudadanos a los que no les importa tirar todo tipo de desperdicio a la calle. Lo otro es que para muchos, si la basura no está en “mi casa”, pues deja de ser mi problema, por lo que al lanzar a la calle  hasta colchones y aparatos viejos, se imaginan que se libran de un problema…Sólo que lo que hacen en magnificarlo ya que en los espacios públicos la basura nos afecta a todos.


Volviendo con la denuncia de Unshelm, uno de los sectores más afectados por la inoperancia de los entes y funcionarios de gobierno, es la urbanización Los Curos. Carlos Unshelm, quien es experto en el tema del manejo de desechos, se pregunta: ¿qué hace: el gobernador, alcalde, concejales, diputados, legisladores y la comunidad..., al respecto? Pues la respuesta, triste, es que ¡No hacen nada! ya que el problema sigue presente, no disminuye sino que, por el contrario, tiende a aumentar. La ciudad se nos pierde entre la inmundicia. Hacer un esfuerzo por la limpieza debería ser una cruzada ciudadana y no sólo una responsabilidad gubernamental.