No quiero ser aguafiestas. Pero hay que
advertir a los optimistas que cuando un alto funcionario del gobierno ha venido
a Mérida a inspeccionar una obra y, en medio del fervor, lanza una fecha de
terminación, este anuncio casi nunca se cumple y los merideños quedamos
suspendidos en el espacio, esperando explicaciones serias y claras de lo que
pasó.
Ya ha ocurrido varias veces con el
Teleférico y con el propio Trolebús. Parece que a los ministros, viceministros
y hasta al mismísimo Presidente se le suelen dar reportes que no necesariamente
se ajustan al estado real de las obras.
La semana pasada, por ejemplo, vino a
Mérida el ministro para Transporte Terrestre y Obras Públicas, Haiman El
Troudi, quien informó en su cuenta en twitter, @HaimanVZLA que las obras de
Trolebús Mérida (Tromerca), “alcanzan el 98% de avance en infraestructura vial”.
Además dijo que “en pocas semanas el
Trolebús llegará al centro de Mérida y agregó que sólo falta instalar el
componente electromecánico: Resta completar estaciones, colocar el tendido
eléctrico del trolebús y los componentes electromecánicos del sistema”, expresó
El Troudi
Entiendo que el Ministro desea, como todos
por en esta hermosa ciudad, ver funcionado al trolebús. Pero sería bueno
revisar en su real dimensión que significa para el ministro y para los
responsables del trolebús, la expresión “en pocas semanas”, una frase que puede
suponer un tiempo más extenso al que el sentido común puede acoger.
Porque “pocas semanas” deben ser eso…¡pocas
semanas! Y en un sentido de mínima racionalidad, tendríamos que acertar que no
deben ser más de 8 semanas (dos meses), porque de lo contrario la expresión más
responsable hubiese sido “en pocos meses”. Nadie dice que llegará en pocos
minutos a una reunión si la suma de esos minutos da 180 o más, ya que aunque
hablemos de minutos estaremos abarcando varias horas.
Dejemos a un lado esta confusión de
minutos, horas, semanas y meses y demos crédito a las autoridades. Confiamos en
que esta etapa del trole los trabajamos, como ha quedado demostrado en la
práctica, seguirán fluyendo de buena manera.
Existen, eso sí, varias obras (como la
propia estación Los Conquistadores, el gimnasio vertical de La Plaza de Toros,
entre otras) que cuando estaban muy cerca de ser concluidas, entraron en un
letargo que nos dejó a todos sin explicación. Si nos parecen exageradas estas
advertencias, pregúntele usted al Centro
de Convenciones que fue de su vida poco antes de ser terminado.
Lo que queremos es dejar claro que los
anuncios deben tomar en cuenta que hay gente atenta, pendiente, vigilante,
algunos ejerciendo eso que el propio gobierno ha dado en llamar la contraloría
social. Esto no es otra cosa que un conjunto de observadores de los trabajos,
quienes, con todo el derecho, más adelante pueden exigir explicaciones por
retrasos que surgen como decretados por oscuras manos, oscuros intereses,
oscuras mentes…
A mediados de septiembre el trolebús, en
esta etapa, debe estar terminado. Si no es así, entones estaremos confirmando
que para ciertos funcionarios, la escala del tiempo es otra y que por lo tanto,
en una hora se puede, llegar de Mérida a Caracas…. ¡Por tierra!