Parece un chiste. Y para los merideños (y venezolanos en general) suena más bien a chiste cruel. Suecia, ese país que en nuestro imaginario aparece como unas casitas hermosas rodedas de pinos y nieve, es el país más limpio del mundo. Técnicamente NO HAY BASURA. O mejor valdría decir que todo aquel desecho que se produce en casas, oficinas, instituciones y comercios, se recicla a tal punto que apenas está llegando a los vertederos el 4% por ciento de los desechos.
A ver: los suecos han logrado construir la nación más limpia del planeta. Y todo gracias al reciclaje, esa palabra que acá en Mérida ha sido invicada por gran cantidad de especialistas, expertos y gente consciente, pero que para las autoridades y gente con decisión política, suena hueca y sin sentido. Incluso, seamos sincero, cuando los ciudadanos escuchamos hablar del reciclaje, movemos la cabeza de un lado al otro como diciendo "sí, si, reciclar pero no no sirve aquí". No le vemos el sentido. Pero allí está Suecia, pulcra y siendo el ejemplo fiel que una política de reciclaje seria y colectivizada, sí funciona.
Tanto funciona que ha llevado a este país inmaculado a importar desechos desde Noruega, no porque extrañen el olor a basura, sino porque muchos de sus sistemas energéticos funcionan con desechos. Al no tener basura, sus plantas de producción de energía pues se quedan sin ese combustible que, como sabemos, abunda en las calles y aceras de Mérida.
Lástima que Suecia quede tan lejos de Mérida ya que seríamos, en este momento, un proveedor de primera mano de basura. Suecia es un ejemplo de lo que no queremos aceptar: que sí es posible lidiar con la basura y eliminarla . QAue el reciclaje sí funciona. Si no lo cree lea el artículo original en: Ecoosfera.
jueves, 31 de enero de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
Colores para el ánimo
Ya son más que comprobadas, científicamente, las repercuciones positivas o negativas que tienen los colores en los seres humanos. Sin ser científicos, todos bien sabemos que, por ejemplo, con un cambio de color en nuestro hogar, el ánimo cambia para bien. Una brocha y un pote o cubo de pintura obran magia.
Y eso parecen entenderlo los que animan en Colombia, especñificamente en su capital Bogotá, un plan bajo el directo nombre de Barrios de Colores.
Los colombianos, quienes en la última década se han convertido en una de las mejores referencias en acciones urbanas no sólo en la región sino a escala global, retoman una acción que ya ha sido ensayada en varios paises con barriadas pobres.
Acá les dejo el enlace para la nota en su fuente original. Yo me pregunto si acá en Mérida, con unos barrios de una escala muy manejable, no nos pudièramos lanzar en una aventura cromática en la que participaran los estudiantes de Arquitectura, Diseño Gráfico, Diseño Industrial, Arte, Medios y artístias plásticos. No dudo que sería un acierto para la autoridad que decida encaminar un proyecto así y, sin duda, tendría el apoyo de la comunidad y de la empresa privada. Lea aquí sobre los Barrios de Colores.
Salimos a caminar
Déjenme contarles que mientras en la ciudad hay quienes
con sus acciones van degradando el espacio público, ese que compartimos todos,
existen otros convencidos de la posibilidad de encontrar mecanismos que, de a
poco, contribuyan a rescatar lo mejor de vivir en ciudad: plazas y parques
amplios, seguros y bien mantenidos, un tránsito fluido y sin presiones,
espacios para los peatones, fachadas de casas y comercios en armonía con
nuestro entorno, limpieza y aseo. No será mucho pedir pero tal como van las cosas
cada uno de esos detalles se torna en una conquista que requiere de esfuerzos.
Cuento esto porque el próximo viernes, a las 2:30 de la
tarde, los investigadores que suman esfuerzos al proyecto Cultura Ciudadana y
Espacios Públicos, harán un recorrido por el eje que va desde el Centro
Comercial Alto Prado hasta Las Heroínas, en un acercamiento para tomar nota de
los elementos urbanos sometidos al deterioro y el abandono pero también de
aquello rescatables e incluso tratar de descubrir en medio del caos, algunas
luces para convertir problemas en soluciones. Por cierto, el referido grupo pertenece al Gisep, espacio
de investigación de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la ULA. Más
adelante les contaremos los resultados de esa especial caminata.
Sentenciados
Hubo un momento en el que la palabra
“colectivo” sólo aludía a causas nobles,
orientadas a lograr objetivos sociales guiados por la justicia. Así, surgieron
colectivos teatrales, ambientalistas, musicales, educativos, entre otros. En
suma, un colectivo era un grupo de hombre y mujeres (de cualquier edad, raza,
credo) con la conciencia suficiente como para dar el paso de la unión, la
participación y la acción en pro de sus semejantes.
Pero ahora la palabra colectivo ha sido
secuestrada por grupos cuyos objetivos, descaradamente publicitados, van
dirigidos no ha la vida sino a la muerte.
El asesinato, la semana pasada, de tres jóvenes en el bloque 32 del barrio 23
de Enero, en Caracas, ha puesto en evidencia una siniestra faceta de ciertos
grupos urbanos quienes, bajo la denominación de colectivos pero armados para la
guerra, han decidido exterminar a aquellos que por distintas razones no
comulgan con sus ideas o que han tenido la mala fortuna de tener algún incidente
personal, familiar, económico, político con algún miembro de estas
organizaciones.
En este caso el colectivo Henry Suárez,
quien se atribuyó la ejecución de tres jóvenes, no sólo procedió de forma organizada,
metódica y cruel contra sus víctimas, sino que dejó la advertencia de que
seguirán asesinando cuando lo crean conveniente.
El referido colectivo difundió panfletos
con una lista de sentenciados. Como para que no queden dudas de la seriedad de
sus advertencias, tres de los nombres de la lista de muerte corresponden a Elías
Benjamín Laya Salazar, de 17 años de edad; Ángel Rodríguez, de 22 años de edad;
y a César Andrés Torres Arreaza, de 26 años de edad, los tres jóvenes
cruelmente asesinados en la incursión del Bloque 32.
De este episodio de violencia no sólo queda
la constatación de nuevas cotas de inseguridad para los venezolanos, sino que
la muerte viene precedida por una organización certera y de una inusitada
crueldad en sus procedimientos.
En la historia contada por algunos medios
que reseñaron la acción criminal del 23 de Enero se afirma textualmente que “a
una de las víctimas la lanzaron desde el piso 11 del edificio; con anterioridad
lo conminaron a que él mismo se arrojara y que si no lo hacía lo amenazaron con
tirar a su hijo recién nacido; finalmente lo lanzaron al vacío y murió por
politraumatismos”. Con razón una mujer, familiar de uno de estos desafortunados
sentenció en tono de profunda rabia: “No les deseo la muerte porque eso les queda muy grande”.
Queda saber si los órganos de seguridad del
Estado pueden evitar que se cumpla la amenaza pública de asesinatos hecha por
el referido colectivo o si estamos a las puertas de la instauración de una
macabra metodología en la que muerte – y el miedo como subproducto - es el
recurso para zanjar nuestras humanas diferencias.
lunes, 21 de enero de 2013
Animal de costumbres
La irregularidad en la recolección de los desechos
sólidos de la ciudad sigue siendo un signo distintivo de esta Mérida que se
apresta a recibir a los turistas que, aún no recuperados de la Navidad y el Año
Nuevo, vendrán a Mérida en febrero a disfrutar de las actividades de las Ferias
del Sol y, claro está, a pasear por nuestros encantadores parajes.
Obligados por la falta de recolección de la basura, en
Mérida se aplicó a finales de 2012 la práctica general de colocar la basura en
medio de calles y avenidas. Aunque el servicio está mejorando, los merideños,
en barrios, urbanizaciones y comercios, siguen aplicando esa extrema acción de alejar la basura lo más posible (en este caso poniéndola de forma
muy alegre en las jardineras o llamadas “islas” de las avenidas).
¿Qué puede hacerse para evitar que, por ejemplo, la
prolongación de la avenida Los Próceres, a la altura de La Milagrosa, sea un desagradable museo de la basura que da
la bienvenida a todos aquellos que ingresan a la ciudad por la zona Norte?..
La primera medida, antes de reclamarle a los vecinos,
es hacer que el servicio de recolección alcance nuevamente una regularidad
precisa y segura. Es decir, si el camión del aseo anuncia que pasará lunes,
miércoles y viernes luego de las 6 de la mañana, ese anuncio deberá cumplirse
cual compromiso inglés, es decir, puntualmente. Luego de lograr esa meta, se
debe llevar información a los vecinos para que no saquen la basura en días y
horas que no corresponda. Una tercera fase deberá ser más contundente y debería
incluir acciones de vigilancia para denunciar a aquellos que afean la imagen de
Mérida. Una cuarta fase debería incluir sanción a quienes sin justificación,
dejan bolsas de basuras en cualquier calle, esquina o espacio público.
Aún sin un plan, el servicio de barrido de las calles y
avenidas (que por ahora parece concentrase sólo en el centro) debería incluir
la notificación a un servicio de recolección rápido, para que retire las bolsas
y la basura ubicada de forma inadecuada.
En esta tarea de intentar devolverle a Mérida la imagen
y sitial que otrora la distinguió, de ser la ciudad más limpia y ordenada de
Venezuela, deben aliarse las autoridades, los empresarios, las organizaciones
ciudadanas, y todo aquel que considere que vale la pena vivir en mejores condiciones
urbanas. En este sentido la ULA, como institución, debería ser oída con
atención para que sirva de guía a estas acciones de recuperación. Recordemos
que la estética urbana no puede quedar en manos de cualquier persona que de
forma empírica crea, de buena fe, que pintar la fachada de la catedral de
morado es una tremenda idea.
Entre gustos y colores
Definitivamente debemos aplaudir la decisión del
gobierno regional, por intermedio de Cormetur, de limpiar los
viaductos de la ciudad. Claro, eso de agradecer es en sí mismo una
contradicción ya que quien contribuyó a ensuciar hasta la bandera esos viaductos
fue quien hoy es el gobernador. En todo caso, el mandatario regional lo que
está es enmendando una situación de falta de ornato generada por el carnaval
electoral previo a las elecciones. Dadas las circunstancias ese gesto se
agradece ya que hay estados y
funcionarios electos a los que les da dolor quitar los afiches donde salen tan
sonrientes.
Una vez agradecida esta necesaria acción de
embellecimiento, debemos decir que el diseño de las ondas escogido para adornar
las vitales estructuras viales ha recibido muy buenos comentarios no así la
selección de colores. Es decir, combinar en una estructura tan grande (como lo
es un puente) el rosado con el amarillo ha generado la molestia de algunos.
Otros, debo admitirlo, creen que los viaductos “quedaron bonitos”. Ya sabe usted…Entre gustos y colores no han
escrito los autores.
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