Recientemente, en compañía del doctor
Alejandro Liñayo, tuve el gusto de compartir unos minutos con el ingeniero Luis
Fargier, un profesional que desde hace varios años no cesa en su empeño de
lograr la atención gubernamental sobre un tema escabroso, delicado y del cual
la naturaleza nos pudiera pasar una dolorosa factura en algún momento del
futuro cercano: el reforzamiento estructural de algunas escuelas de las cuales
hay evidencias de que podrían colapsar ante un sismo de fuerte magnitud.
Fargier ya tiene, incluso, la llamada
ingeniería de detalle de algunas escuelas (información levantada por él y por
su bolsillo) pero la ejecución del reforzamiento implica costos que sólo el
estado puede ejecutar. Tenemos la amenaza sísmica, las escuelas identificadas,
la solución detallada pero hace falta una decisión política para emprenderla.
¿Quién se anima?
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