Cuando más basura veamos en las calles y
avenidas de Mérida; cuando más observemos a algunas personas lanzar la lata de
refresco, la servilleta, el cigarrillo, el chicle o la bolsa de plástico sobre
la acera, sin ningún remordimiento, más debemos aferrarnos a la posibilidad de
acabar con este panorama de inmundicia, el cual no se merece ni Mérida, ni
nosotros mismos.
Se que parece una contradicción: ¿Cómo
tener esperanzas de lograr una ciudad pulcra si cada vez son más notorios los
problemas con los desechos? En realidad debemos partir del uso del problema –
evidente y maloliente por lo demás – como una fuerza para lograr cambios.
Pongamos el caso de Medellín, en Colombia.
Era hasta hace una década una de las ciudades más violentas del mundo. El
problema con el hampa común, las bandas organizadas, el narcotráfico, la
guerrilla, los paramilitares y los sicarios llegó a tal punto que obligó a los
ciudadanos y sus autoridades a actuar. Hoy, Medellín es una ciudad radicalmente
distinta, con una criminalidad y violencia controlada. Un ejemplo de acción.
Pero, eso sí, debieron ver las duras antes de comerse las maduras.
En el caso de Mérida pienso que debemos
suponer que tanta ineficiencia municipal y estadal para con la limpieza,
recolección y disposición de los desechos, aunado a un deterioro de la cultura
ciudadana que lleva a la gente a convertirse en máquinas de ensuciar, podrían
convertirse en la chispa que encienda las acciones de los ciudadanos más
conscientes. Por cierto, algunas de esas acciones ya se están viendo (por
ejemplo un intenso debate del tema en las redes sociales, acciones de algunos
grupos ambientales, declaraciones de los políticos sobre el tema). En fin, un
ambiente de tensión que, sin embargo, podría generar un cambio.
Pienso que las venideras elecciones para
alcalde, deberían marcar un punto de inflexión en este sentido. El candidato o
candidata que resulte victorioso en las elecciones para alcalde de Mérida, debe
tener en su lista como acción fundamental, un proyecto sostenible, viable,
coherente, efectivo, amplio y plural, en pro de convertir a Mérida en la ciudad
más limpia de Venezuela. Esa debe ser una exigencia ciudadana. La basura en las
calles nos puede hacer reflexionar, cada día, todos los días, sobre ese
compromiso.
Como para no perder la inspiración,
comparto la lista de las cinco ciudades más limpias del mundo, según la visión
del portal www.nuestrorumbo.com,
en un ameno e inspirador artículo publicado a mediados de diciembre de 2012 titulado Las 10 ciudades más limpias.
Aquí les reproduzco parte del material:
1.
Calgari, en Canadá
Calgary es la ciudad más limpia del mundo
entero, ubicada en la provincia de Alberta, Canadá. Esta gran ecociudad ocupa
el primer lugar de la lista, entre otras cosas, por su gran cantidad de agua
pura que hay en su tierra así como por la tan inteligente utilización que se le
da. Poco tiempo atrás se ha abierto un centro de tratamiento de aguas
residuales capaz de potabilizar hasta 100 millones de litros de agua por día.
2.
Honolulu, en Hawái
La ciudad hawaiana de Honolulu es la más
popular y una de las más frecuentadas al norte del Pacífico. La abundante y
colorida vegetación decora cada rincón de la isla, dándole un aire renovado,
puro y único. Cabe señalar que a pesar de que la ciudad esta poblada por unos
800 mil habitantes, cada uno de ellos entiende muy pero muy bien cuál es el
valor de la sabia madre naturaleza y el contacto directo con esta es prácticamente
sagrado, atacarla: un sucio pecado.
3.
Helsinki, en Finlandia
Aunque muchos finlandeses dicen que su
capital, Helsinki, es una ciudad gris y aburrida, la limpieza que tanto la
caracteriza es tan innegable como admirable. Los inteligentes finlandeses han
aprendido la importancia que tiene el medio ambiente y en compromiso con su
cuidado, han diseñado complejos sistemas capaces de reducir el consumo
energético de la ciudad al mínimo.
4.
Ottawa, en Canadá
Nuevamente volvemos con otra ciudad canadiense,
al parecer, personas que sin dudas saben como cuidar al medio ambiente. En esta
oportunidad para mencionar a Ottawa, la capital de Canadá, ciudad que la UNESCO
seleccionó como el sitio perfecto para realizar su prueba de “la biósfera de
ecociudad”. Con avanzados programas de reciclaje, Ottawa es una de las ciudades
más bellas, limpias y puras del mundo. Un gran ejemplo a seguir.
5.
Minneapolis, en Estados Unidos
Popularmente conocida como “la ciudad de
los lagos”, Minneapolis, la ciudad más poblada del estado de Minnesota, también
es una de las más limpias del mundo. Esta ciudad cuenta con 20 lagos y bañados
naturales en óptimas condiciones y esto se debe a dos factores en particular:
el reciclaje y la tan importante educación.
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