El impacto del Trolcable (que representa la línea 3 del Sistema de Transporte Masivo de la ciudad de Mérida) ha sido dramático - en el buen sentido de la palabra - para la vida diaria de muchas personas.
De pasar casi 2 horas metidos en un bus que resoplaba entre las colas, ahora los usuarios que viven en las comunidades de la llamada cuenca del río Chama pueden subir a la meseta (o parte alta de la ciudad) en tres minutos.
Recientemente la Cámara Municipal de Libertador entregó un reconocimiento al TrolCable por su importante aporte social. Creemos que el premio es más que merecido y demuestra la necesidad de seguir avanzando en completar el sistema masivo del que aún falta buena parte de la línea 1 y en su totalidad la línea 2.
Veamos un video de la inaguración del sistema. El vocero que da la información tiene un lapsus cuando dice que ahora el viaje es de 2 horas y 46 minutos. En realidad es 2 minutos y 46 segundos. Pero subimos el video para que aquellos que no lo han visto le echen un ojo a la obra.
domingo, 26 de mayo de 2013
Por la merideñidad
En días pasados, en una de las reuniones de
trabajo del Grupo de Investigación sobre el Espacio Público (Gisep), adscrito a
la Facultad de Arquitectura y Diseño de la ULA, revisamos una propuesta que
sopla como buen viento en varios espacios merideños, de ir más allá de las investigaciones propias
del mundo académico y aterrizar las intenciones de una mejor ciudad en un
evento puntual, concreto, sencillo, dirigido a rescatar los aspectos que
distinguen ese intangible supremamente sensible y valioso como lo es la
merideñidad.
Eso de la merideñidad, luego de algunas reflexiones,
lo entendemos como una condición que propende a exponer una serie de
características del ser local, expresadas en aspectos positivos del colectivo
merideño. La merideñidad no es un gentilicio. Es decir, se puede haber nacido
en Mérida y ser por lo tanto merideño, pero no necesariamente se es un defensor
de la merideñidad.
Esos aspectos positivos y la preocupación
por expresarlos se refieren a elementos como un gran respeto por la academia y
por lo tanto por el conocimiento, las luces, la ciencia, la tecnología y todo
lo vinculado a éstas: los estudiantes, los maestros, docentes, el campus donde
se hace labor universitaria, los centros de investigación, la autonomía. La ULA
encarna este sentimiento de merideñidad.
Pero también la merideñidad se reconoce por
el amor a las expresiones culturales en toda la dimensión humana del término:
desde la labor menuda, sencilla, humilde de un artesano que talla la madera con
devoción, hasta el celo por la continuidad de instituciones como la Orquesta
Sinfónica, el Museo de Arte Colonial, el teatro, la pintura, la danza, el cine
y en general todo aquello que ha caracterizado a Mérida a lo largo de su
historia: el ser espacio para alimentar el espíritu.
Esa merideñidad se vinculada con el respeto
a los valores cristianos y espirituales
que encarna nuestro pueblo. Se puede ser devoto o no, pero la merideñidad es el
reconocimiento de ese valor y la convicción absoluta de su importancia en el
ser humano.
La tierra, la siembra, la agricultura y por
lo tanto los valores asociados a esta actividad como la paciencia, el trabajo
duro como uno de los caminos que nos llevan a un mejor país.
La merideñidad es la armonía entre lo
parroquial, lo localista y lo cosmopolita. La convivencia de gente venida de
distintos países, distintas regiones del país, que se ubican como piezas de un
mosaico de entendimiento.
La merideñidad corre tras un balón de
fútbol, se presigna cuando pasa frente a un iglesia, asiste a un Congreso
Internacional de Medicina, se forma, crece en conocimiento, se come un helado
en una plaza y lee un libro en un café. La merideñidad es eso y, por su puesto,
mucho, mucho más.
Esta martes 28 de mayo se efectúa la
primera de varias reuniones de gente que se reúne por Mérida y por su
merideñidad. Es una reunión de puertas
abiertas en la Cámara de Comercio a partir de las nueve de la mañana. Vendrán
otros encuentros que intentan culminar con un homenaje a esa merideñidad el mes
de octubre. ¿Tienes una idea? La queremos conocer.
domingo, 19 de mayo de 2013
La responsabilidad del anfitrión
Pongamos un ejemplo sencillo: usted
construye una posada porque el negocio de la atención turística es algo que le
apasiona y porque, además, todo indica que con una buena administración la suya
será una empresa que puede llegar a generarle importantes recursos económicos a
partir del trabajo intenso y constante.
Siendo esa su intención, no cabe duda de
que se esmerará porque sean muchos los huéspedes que elijan su posada. Usted
sabe que hay mucha competencia así que pondrá especial cuidado en que cada
detalle de su posada, dentro de la austeridad económica, esté pensado para
hacer que el turista se sienta cómodo, seguro, bien atendido, agradado y
relajado.
Lo anterior implica un arreglo de las
instalaciones que propicie la comodidad y la calidez. La limpieza será punto de
honor así como la higiene. Tendrá en cuenta aspecto como las comunicaciones
(teléfonos, acceso a internet, planta eléctrica) y de accesibilidad, es decir
que las personas puedan entrar y salir de la posada sin ningún conflicto. Por
supuesto, los servicios de agua, limpieza en las habitaciones, comedor, paseos
y recreación, estarán dirigidos a que todo aquel que llegue a su posada quiera
venir una y otra vez y que cada vez que regrese se consiga con una novedad.
Pues bien, esa lógica estrategia es la
misma que debería aplicarse a Mérida como destino turístico. Pero ocurre que en
la “Posada ciudad y estado Mérida”, ocurren hechos que llevan a pensar que
nuestra madera de buenos anfitriones se ha ido desgastando o que debe ser
renovada.
Apuntemos inicialmente a todos los entes
del estado (Cormetur, Gobernación, Alcaldías, Consejo Legislativo, entre
otros). Debemos saber si en la conciencia de estos entes está claro el punto
inicial de estas reflexiones: ¿Consideran al turismo como una prioridad social,
económica y política? Y siendo así ¿saben qué tal decisión implica un
compromiso de buen anfitrión – anfitrión responsable- que debe asumirse
mediante una serie de acciones que delatan el cumplimiento de esa
responsabilidad?
Por otro lado las mismas preguntas pudieran
recaer en el sector privado, no ya hacia
lo que pueda hacer con los negocios particulares de posadas, hoteles,
restaurantes, agencias y otros, sino en la suma armónica de visiones y acciones
que busquen elevar el estatus de Mérida en el concierto de las opciones para el
turista que desea, como no, aceptar la invitación pero sabiendo que deben
ofrecerle las mejores condiciones para efectuar esa visita.
Por ejemplo, hemos visto como el monte y
los desperdicios se acumulan en las principales avenidas de la ciudad. Y
entonces cualquier se podría preguntar por el hecho de que si no hay eficiencia
para mantener el monte fuera de las
zonas verdes de nuestras calles ¿Habrá capacidad para entender que ese gesto de
desatención implica una ruptura de nuestro rol de anfitriones?
El tema es delicado y obviamente no se
agota en estas elucubraciones pero creo que muchos estarán de acuerdo que puede
ser un acto de gran irresponsabilidad pedirle a unas personas que vengan a
alojarse en nuestra posada, si para llegar a la misma hay que sortear huecos y
derrumbes, si al llegar no hay baños ni camas limpias, si la comida es un
desastre y si no hay de parte de nuestros anfitriones el más mínimo gesto de
que las cosas mejoren. Entonces ¿Por qué no empezar cortando el monte,
recogiendo la basura, limpiando las paredes, iluminando la oscuridad?
Lo bueno que tenemos
Desde el Grupo de Investigación Sobre el
Espacio Público (Gisep), adscrito a la Facultad de Arquitectura y Diseño de la
ULA, están iniciando los contactos para reunir voluntades en torno a una
actividad que hace parte de un proyecto de investigación en el que el tema de
la Cultura Ciudadana se erige como el centro.
Se trata de un evento – planteado para el
aniversario de la ciudad de Mérida, la primera semana de octubre – que intente
reunir, durante varios días, algunos ejemplos positivos de lo que significa ser
merideño – la merideñidad – y destacar el hecho de que en medio de los
múltiples problemas que nos afectan y a veces limitan como ciudad, tenemos
muchas razones para creer en la construcción de un estado de cosas mucho mejor.
De allí que desde ya todo aquel que crea
que tiene ideas inspiradoras sobre Mérida puede contactar a los organizadores
por el correo g.espaciospublicos@gmail.com .
También puede contactarnos a través del correo de quien esto escribe.
Invitados.
domingo, 12 de mayo de 2013
¿Teleférico?…este año no
Por favor: no quisiera que estas líneas
sean interpretadas como comentarios en contra del actual gobierno por un simple
ejercicio oposicionista o con intereses de
no reconocer las obras, los esfuerzos, e incluso la intención.
Si escribo lo que escribo es porque como
merideño – aún no nacido aquí – siento que hay ciertas explicaciones que deben
darse al pueblo, a la gente, a veces por un necesario gesto de respeto.
Los siguientes comentarios los hago a
partir de una nota de prensa oficial, publicada en el portal Web de Venezolana
de Televisión. La información se redactó bajo el ya de por sí llamativo
titular: “Nuevo teleférico de Mérida registra 75 % de avance en construcción”.
Para empezar, decir que el teleférico
registra un 75% de avance – aunque sea un número indicador de presunto adelanto
– resulta, para los que seguimos la cronología de la obra, una no muy buena
noticia ya que en noviembre de 2012 el avance era de 63%.
Leamos parte de una nota de prensa aparecida
el 25 de noviembre de 2012: “En su más reciente visita a Mérida, el ministro
(de turismo Alejandro Fleming), informó que las obras del sistema teleférico
tienen 63% de avance y que el atractivo turístico estará operativo en sus tres
primeras estaciones el 26 de abril de 2013 en un período de prueba y la
inauguración de las mismas está prevista para el primero de julio del próximo
año (o sea 2013)”.
La nota
de aquel noviembre de 2012
cerraba anunciando que “El segundo período de prueba está pautado para
el 21 de octubre de 2013 en las dos estaciones más altas y la inauguración se
tiene prevista para el 14 de diciembre de 2013, es decir, falta un año para que
se pueda disfrutar por completo de teleférico de Mérida”.
Eran las palabras – promesas – del anterior
Ministro de Turismo. El actual ministro es Andrés Izarra y esta misma semana
(la segunda de mayo de 2013) dio otra
versión sobre los tiempos de la obra. Repito, se trata de una nota de prensa de
VTV:
“Indica el Ministro Izarra que los trabajos
de construcción del nuevo sistema Teleférico de Mérida llevan un avance de 75%,
por lo que en septiembre de este año comenzarán las pruebas de las cabinas y en
2014 se dará una apertura progresiva a usuarias y usuarios”.
Que conste: hay notas de prensa en las que
incluso se llegó a anunciar la apertura del teleférico para el 2012. El
principal atractivo turístico merideño fue cerrado en agosto de 2008,
aludiéndose situaciones de inseguridad y obsolescencia del sistema. Fue un
cierre abrupto e intempestivo, que dejó en los merideños un sabor extraño de
que algo entre manos se traían ciertos funcionarios de gobierno para aquel
entonces. En fin: en agosto de este 2013
se cumplirán 5 años del cierre. Es mucho tiempo si tomamos en cuenta que la
obra se construyó en 2 años en la década
de los 50, con una cuarta parte de la tecnología que hoy existe. Lo que quiero
dejar claro es que no es que los merideños sean mal agradecidos ni saboteadores
de las acciones de gobierno: sencillamente algunos altos funcionarios públicos
se han encargado de echar por la borda la confianza de la gente.
Sin embargo, al final nos queda apoyar a
que la obra siga adelante. Se habla de una inversión de 16 millones para
recuperar el Parque de Las Heroínas: esa es una buena noticia. Además ya el
boulevard se terminó con una efectiva
participación comunitaria. Hay, pues, aspectos positivos pero no nos pidan que
callemos los negativos. Además, el
tiempo es el mejor juez.
Mañana el tema es Comunal
La Red de Acción Social de la Iglesia
(RASI) ha programado para mañana martes 14 de mayo un interesante foro para
poner la mirada en el Estado Comunal, una propuesta de organización que tiene
adeptos y detractores.
El foro lleva por nombre “La participación
ciudadana en el Estado Comunal” y
contará con la presencia de destacados panelistas. La actividad tendrá entrada
libre y se efectuará en el auditorio o teatro César Rengifo de la ULA, entre
las 8 de la mañana y la 1 de la tarde. Vayan: estará muy interesante.
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