Por: Evelín
Cadenas R. (*)
La educación ambiental usualmente se ha enfocado desde la
óptica de la educación formal, altamente escolarizada y hacia el ámbito urbano,
sin tomar en cuenta ambientes más informales y entornos rurales. La formación
ambiental en el marco de los sistemas educativos tradicionales, en la mayoría
de los casos, ha estado orientada por el paradigma racionalista y cartesiano
que divide los saberes en compartimentos estancos y unidisciplinares.
Sin embargo, las nuevas tendencias pedagógicas apuntan a
reforzar los sistemas de educación tradicional con otros recursos de
aprendizaje para formar ciudadanos activos que se adapten con facilidad a los
vertiginosos cambios de tipo socio-cultural, económico y políticos que se
producen de manera global y local en el mundo. Sí pensamos en una educación
ambiental con características de sostenibilidad; las estrategias lúdicas
constituyen una estrategia de
aprendizaje significativo, para todos los niveles de la educación,
especialmente con énfasis en los niveles
iniciales, ya que en edades tempranas es
cuando se pueden forman valores con mayor facilidad.
El proceso de enseñanza-aprendizaje
de la educación ambiental para niños, debe contribuir al logro de una mayor
armonía entre el ámbito urbano y rural, y de acuerdo a los fundamentos del 7th
Congreso Mundial en Educación Ambiental: “… crear experiencias educativas más completas que promuevan una
ciudadanía más activa (sic)”. En el marco de este evento, realizado en la
ciudad de Marrakech en el año 2013, se presentó la propuesta de un juego
ecológico “Memoria Ecológica, una
estrategia para el aprendizaje significativo”, cuyo basamento
teórico-epistemológico se inspira, por una parte, en los principios del Paradigma
de la Complejidad: principios dialógico, hologramático, de recursividad
organizada y la autopöiesis. Por otra parte, se adoptan los principios didácticos
de algunas corrientes constructivistas de la Educación (Piaget, Vigotsky y
Maturana), permitiéndonos desarrollar de manera interactiva y vivencial un
material didáctico, que en forma lúdica, da apoyo en la educación ambiental
para niños a partir de 6 años. El mismo se concibe como una red dinámica de
interrelaciones y entramados, aplicable, tanto en la educación formal, como la
no formal e informal, sin establecer límites o fronteras, en un escenario donde
se integran en un todo, las diferentes visiones, ópticas, enfoques y
perspectivas ecológicas de la realidad. Este material puede servir de apoyo para
el proceso de enseñanza-aprendizaje en el niño, tanto en ambientes formales
como informales, facilitando que el conocimiento se autogenere en forma
recursiva, con carácter autónomo y autorreferencial; con un enfoque sistémico,
donde se entrelazan palabras, colores, formas y figuras, a través de ocho áreas
temáticas relevantes en materia ambiental: El planeta; la energía; el agua; el
aire; los ecosistemas; los desechos; el consumo responsable y el calentamiento
Global.
Las dinámicas y normas propuestas en el juego de ‘Memoria Ecológica’, diseñado y
construido aplicando las 3 “R” (reducir, reusar y reciclar), entrelazan estas 8
áreas con las múltiples dimensiones de la condición humana, necesarias
para la apropiación de conceptos, la
toma de conciencia y la resolución de los problemas ambientales que nos
aquejan. A
partir de la interacción entre los diferentes participantes en el juego, se le
permite al niño, asimilar, internalizar, socializar y vivenciar el conocimiento
de manera significativa, sensibilizándolo hacia una ciudadanía más activa y
responsable en la solución de los problemas, generando las bases de una ética
ambiental y una convivencia armónica con
el ambiente y el entorno.
(*) Profesora Titular,
Universidad de Los Andes ULA), Mérida.
Msc. Planificación Integral para el Desarrollo del Turismo.
Dra. En Educación, Mención Planificación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario