La semana pasada - la nota apareció hace ya
ocho días - leí una de las informaciones que más promete para los merideños.
Era lo que todos suelen llamar una buena noticia: el gobierno regional, por intermedio del presidente de la
Corporación Merideña de Turismo (Cormetur), Reinaldo León Albarrán, explicó,
con cifras incluidas, la ejecución de un proyecto que estaría movido por tres objetivos de acción principales, los
cuales son, en primer lugar, la rehabilitación de plazas y áreas de
esparcimiento colectivo; segundo la denominada “puesta en valor” mediante la
restauración de fachadas de casas, comercios e infraestructuras culturales y el rescate de
la arquitectura colonial; y, tercer objetivo, la “bulevarización” o “adoquinamiento” de
calles, que en el caso del municipio Libertador, proyecta la construcción de un
paseo desde la Plaza Bolívar hasta la Plaza Las Heroínas.
A ver: todo lo mencionado arriba es un
anuncio excelente, algo así como para que todos celebremos el interés del
gobierno nacional y de las autoridades regionales en cuanto a mejorar el rostro
de una Mérida cada vez más malograda por la acción de personas a las que no les
importa en lo absoluto vivir bien.
Yo, en lo personal, debo admitir que esos
anuncios desde Cormetur me levantan el ánimo y me hacen suponer que sí es
posible contar con el interés del gobierno a la hora de hablar de la preservación
de nuestra ciudad y estado.
Donde noto que la historia se dobla y
adquiere un carácter que pudiera comprometer la sostenible de este proyecto es
en la convocatoria. Es decir, parece que desde el Estado se abroga toda la
iniciativa y sectores tan importantes en el sentido de su protagonismo en el
impulso y sostenimiento de las obras, quedan por fuera.
Por ejemplo, se habla de construir un
bulevar que comunique la Plaza Bolívar con la Plaza de Las Heroínas. Esa parece
una buena idea. Pues bien, la Universidad de Los Andes, a través de su
Facultad de Arquitectura y Diseño no tiene uno sino varios proyectos referidos
a ese propuesto bulevar. La pregunta que nos hacemos es: ¿Se involucró en este
proyecto de bulevar a aquellos que durante décadas han revisado todas las
opciones técnicas, urbanas, estéticas, de equipamiento y arquitectónicas de un
bulevar de esta dimensión y ubicación?
En principio parece que no.
¿Y la Cámara de Comercio e Industria del
estado Mérida? ¿Participa en estas iniciativas tan interesantes?
En Mérida, dado el valor y peso de la ULA,
es fundamental el involucramiento institucional de esta casa de estudios. Y del sector privado
ligado al turismo. Obviamente de todas las comunidades. No quiero imaginarme que
por los últimos conflictos en los que se ha visto envuelta la Universidad de
Los Andes, se parta de la discriminación institucional y se haya puesto al
margen a la ULA por razones políticas. Eso no gana amigos, sino que le coloca
obstáculos adicionales a las obras que, de muy buena manera, está anunciando el
propio gobierno.
A lo que me refiero es que estos anuncios
de mejoras urbanas deben hacerse pensando en una Mérida que no llegue impuesta,
más allá de las buenas intenciones, sino que se construya a muchas manos.