Los merideños tenemos un
problema fundamental que ningún alcalde – desde que se creó esta figura en 1989
– ha logrado resolver: la presencia de buhoneros en las calles del centro de la
ciudad y en otros puntos críticos (como los alrededores del Centro Comercial
Vessada II, en la avenida Las Américas).
Hace un mes el gobernador
Ramírez habló, textualmente, de “reubicar
a 514 buhoneros del casco central a la estación del Chama del Trolcable, donde
se hará un mercado artesanal”.
Nuestra legítima
solicitud de aclaratorias sobre este nuevo intento de hacer frente a la
buhonería incontrolada, apunta a tres preguntas: ¿Se incluye en esta respuesta
al problema la acción y participación de la Alcaldía de Libertador?, ¿Se han
revisado todas las experiencias de reubicación anteriores que han terminado en
fracaso? Y, finalmente, ¿Se ha considerado que la mayoría de los buhoneros no
están interesados en la artesanía ni en la venta de elementos asociados a la
cultura local, sino a la venta de artículos que ellos consideran les aportan
más ganancias (forros de celulares, prensas íntimas o chucherías?
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