Bien: llegó febrero con su sol resplandeciente, sus
vientos vespertinos, su canícula. Tiempo de colores ocres, de sequedad y por lo
mismo de incendios.
Y tiempo para dejar al descubierto una verdad que ya
hemos comentado en estas mismas líneas: que si no fuera por las lluvias y las
bondades de la naturaleza, Mérida fuese tal vez una de las ciudades con peor
aspecto en cuanto al mantenimiento de sus zonas verdes. O dicho de forma más
sencilla: nuestras zonas verdes en el contexto urbano, lo son sólo porque hay lluvia
y un ambiente relativamente benévolo para las plantas.
Vemos como la Alcaldía de Libertador, Cormetur,
Tromerca y otros entes siembran plantas en nuestras avenidas pero luego no se
acuerdan de regarlas en estos días secos. ¿Entonces? si se siembra, se debe
cuidar y mantener. Si no, es una siembra perdida y una crueldad para con la
naturaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario