lunes, 16 de febrero de 2015

Feria y caos



Las Ferias del Sol no deberían – no hay razón – de ser uno de los momentos que genera mayor caos en la ciudad. Sobre todo en el eje de Las Américas con la Plaza de Toros.

Para las miles de personas que vivimos en esa zona de la ciudad, las Ferias no son ni remotamente un momento esperado. Todo lo contrario, es un tiempo de preocupaciones por la seguridad, de luchar por intentar ingresar a nuestras residencias, de esquivar borrachitos y de soportar a conductores que se creen dueños de la ciudad, de su gente y de la vida.

Vivir en Residencias El Viaducto, Las Marías, Cardenal Quintero, Rosa E., Los Apamates, Las Orquídeas, Jardín Cardenal Quintero, entre otras, es un tormento desde el momento en el que empiezan a sonar los estribillos de los primeros pasos dobles.

A sabiendas de este tradicional batiburrillo vial, las autoridades deberían aplicar nuevos planes y acciones, que encaren con mayor eficiencia los aspectos negativos derivados de la movilización ferial.


No estoy contra las Ferias porque considero que las mismas son un elemento dentro de la programación turística de la ciudad, pero sí estimo que la Feria debe sufrir una transformación que la haga el tiempo colectivo de mayor alegría para los que vivimos en Mérida y sus alrededores.

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