miércoles, 28 de mayo de 2014

Juegos ambientales infantiles: una estrategia de formación ciudadana




Por:   Evelín Cadenas R. (*)

La educación ambiental usualmente se ha enfocado desde la óptica de la educación formal, altamente escolarizada y hacia el ámbito urbano, sin tomar en cuenta ambientes más informales y entornos rurales. La formación ambiental en el marco de los sistemas educativos tradicionales, en la mayoría de los casos, ha estado orientada por el paradigma racionalista y cartesiano que divide los saberes en compartimentos estancos y unidisciplinares.
Sin embargo, las nuevas tendencias pedagógicas apuntan a reforzar los sistemas de educación tradicional con otros recursos de aprendizaje para formar ciudadanos activos que se adapten con facilidad a los vertiginosos cambios de tipo socio-cultural, económico y políticos que se producen de manera global y local en el mundo. Sí pensamos en una educación ambiental con características de sostenibilidad; las estrategias lúdicas constituyen una estrategia  de aprendizaje significativo, para todos los niveles de la educación, especialmente con énfasis en los niveles iniciales,  ya que en edades tempranas es cuando se pueden forman valores con mayor facilidad.
El proceso de enseñanza-aprendizaje de la educación ambiental para niños, debe contribuir al logro de una mayor armonía entre el ámbito urbano y rural, y de acuerdo a los fundamentos del 7th Congreso Mundial en Educación Ambiental: “… crear experiencias educativas más completas que promuevan una ciudadanía más activa (sic)”.  En el marco de este evento, realizado en la ciudad de Marrakech en el año 2013, se presentó la propuesta de un juego ecológico “Memoria Ecológica, una estrategia para el aprendizaje significativo”, cuyo basamento teórico-epistemológico se inspira, por una parte, en los principios del Paradigma de la Complejidad: principios dialógico, hologramático, de recursividad organizada y la autopöiesis. Por otra parte, se adoptan los principios didácticos de algunas corrientes constructivistas de la Educación (Piaget, Vigotsky y Maturana), permitiéndonos desarrollar de manera interactiva y vivencial un material didáctico, que en forma lúdica, da apoyo en la educación ambiental para niños a partir de 6 años. El mismo se concibe como una red dinámica de interrelaciones y entramados, aplicable, tanto en la educación formal, como la no formal e informal, sin establecer límites o fronteras, en un escenario donde se integran en un todo, las diferentes visiones, ópticas, enfoques y perspectivas ecológicas de la realidad. Este material puede servir de apoyo para el proceso de enseñanza-aprendizaje en el niño, tanto en ambientes formales como informales, facilitando que el conocimiento se autogenere en forma recursiva, con carácter autónomo y autorreferencial; con un enfoque sistémico, donde se entrelazan palabras, colores, formas y figuras, a través de ocho áreas temáticas relevantes en materia ambiental: El planeta; la energía; el agua; el aire; los ecosistemas; los desechos; el consumo responsable y el calentamiento Global.
Las dinámicas  y normas propuestas en el juego de ‘Memoria Ecológica’, diseñado y construido aplicando las 3 “R” (reducir, reusar y reciclar), entrelazan estas 8 áreas con las múltiples dimensiones de la condición humana, necesarias para  la apropiación de conceptos, la toma de conciencia y la resolución de los problemas ambientales que nos aquejan. A partir de la interacción entre los diferentes participantes en el juego, se le permite al niño, asimilar, internalizar, socializar y vivenciar el conocimiento de manera significativa, sensibilizándolo hacia una ciudadanía más activa y responsable en la solución de los problemas, generando las bases de una ética ambiental y una convivencia armónica  con el ambiente y el entorno.


 (*) Profesora Titular, Universidad de Los Andes  ULA), Mérida.
Msc. Planificación Integral para el Desarrollo del Turismo.
Dra. En Educación, Mención Planificación.  

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