domingo, 11 de octubre de 2015

La despedida de Don Mariano

Una imagen de Don Mariano Picón Salas...Amante de Mérida

En Viaje al Amanecer, esa joya de la literatura venezolana, y más aún, especie de monumento a la andinidad, que escribió Don Mariano Picón Salas en 1943, se puede leer el texto - más abajo - colocado como párrafo final y, por lo mismo, con el sentimiento de la despedida que siempre incluye un nudo en la garganta y unas lágrimas en los ojos. 

Lo trascribimos como un regalo más a la Mérida que tuvimos, la que vivimos y la que vendrá. Es este párrafo una comprobación de que, más allá de los apegos, el destino de la ciudad no es el de ser  estática postal, sino imágenes cambiantes, a tono con el tiempo y su gente:


Desde  donde la ruta vuelve a subir, tengo la última visión de mi ciudad y de su sosegado caserío blanco, de las torres de sus iglesias, de los árboles que despuntan tras del tapial de sus solares. ¡Adiós, Mocho Rafael, adiós Teresita, adiós Catire Bravo! Otros muchachos – como lo impone la cambiante civilización – escucharán otros cuentos y tratarán otros personajes, no conocerán el miedo al diablo, a la próxima visita del Cometa Halley, a las señales del fin del mundo, pero siempre habrán de gozar - ¿por qué no?- con las mariposas, los pájaros y la luz de Mérida. Para entonces yo estaré muerto y me gustaría que me recordasen”.

No hay comentarios: