Mérida
tiene la fortuna de contar entre sus habitantes con gente de mente amplia,
abierta, diríamos que ilimitada en cuanto a los sueños, entendidos éstos no
como utopías o ideas estrafalarias sino como guías para transitar caminos
cuesta arriba pero que llevan lejos, muy lejos. Podríamos decir que el destino
de las naciones, de los pueblos, está determinado por la existencia de personas
que se preguntan: ¿Y por qué no hacerlo?
Una
de esos merideños que colocan alto el listón de las metas que nos debemos
proponer con vista al futuro es Germán Monzón Salas quien en su Blog MiradorElectrónico GMS se define como agricultor,
gremialista y político, pero quien además fue gobernador del estado Mérida en
un breve tránsito por allá en 1983. De su preocupación por Mérida han surgido
propuestas, ideas, planteamientos y hasta proyectos dirigidos a potenciar la
presencia de Mérida no sólo en el contexto nacional sino mundial.
Monzón Salas
es, precisamente, un hombre para quien los límites hay que medirlos en términos
globales, no de lo que hizo el vecino más cercano.
Recientemente,
el día 30 de abril, Monzón Salas presentó una vez más, esta vez en el Colegio
de Ingenieros, su idea de construir un túnel que, pasando por debajo de la
Sierra Nevada comunique a la ciudad de Mérida con Barinas. Cierto, apenas uno oye
esa propuesta se escuchan preguntas como ¿Es posible hacerlo?, ¿Cómo hacerlo? Y
aún más ¿Con qué hacerlo?, por no decir que pueden asaltar otras dudas como ¿Es
necesaria semejante propuesta? Y… ¿Qué ganaría el país – y Mérida en especial –
asumiendo este reto de ingeniería?
Para
Germán Monzón Salas la repuesta netamente técnica e ingenieril se encuentra en
proyectos en distintos rincones del mundo.
Por
ejemplo, allí está el Túnel Seikan que tiene el título de túnel ferroviario más
largo del mundo. Está en el muy sísmico Japón, se extiende por más de 53
kilómetros de los cuales 23 corren bajo
el lecho marino. También el Eurotúnel es una obra legendaria. Este túnel une a
Francia con el reino Unido y se extiende por
50,5 km, de los cuales 39 son submarinos.
Es
decir, la ingeniería moderna tiene la capacidad de asumir retos monumentales y
convertir en obras tangibles lo que en principio eran ideas posiblemente descabelladas.
Pero
alguien dirá: “Perfecto, pero las obras mencionadas fueron construidas en
Japón, una y entre Francia e Inglaterra, la otra. Esos son países
desarrollados. Nosotros no”.
Sin
embargo, en su propio Blog, Germán
Monzón Salas se apoya en una obra que sirve de ejemplo concreto y motivador
para los merideños y para el cual sólo tenemos que abrir la ventana de nuestras
casas para verlo…El Teleférico de Mérida.
Así
lo explica Monzón Salas: “El teleférico de Mérida fue promovido por el Club
Andino venezolano en el año 1952. Para ese año Mérida era sólo la parte central
y en su breve territorio apenas estaban colocando las cloacas y poniendo
pavimento rígido a algunas calles. Todavía teníamos la Electricidad Parra y La
Picón, no había empresa pública. No había vías asfaltadas para llegar a la
ciudad, apenas los hoteles La Sierra y El Cordillera en la Plaza Bolívar, no
obstante Pérez Jiménez aprobó el teleférico. Se hizo en tiempo récord, las
mulas de Mérida no alcanzaron para subir los agregados para las bases del
teleférico de carga, trajeron cientos de Colombia”. Remata el exgobernador
afirmando: “A pesar de las limitaciones se construyó el teleférico más largo y
alto del mundo; los túneles propuestos pueden ser equivalentes a esa monumental
obra”.
En
esencia la obra de ingeniería vial propuesta por Monzón Salas sumaría 70
kilómetros de túneles más 94 de vialidad superficial (autopistas) para un total
de 164 kilómetros que permitirían unir a Mérida con barinas en 1 hora y 47
minutos. Un tercio del tiempo actual.
Demás
está decir que la propuesta tiene como trasfondo la trasformación económica
regional, apuntalando nuestros puntos fuertes en turismo y agricultura, pero no
ya a una escala local sino internacional.
Vuelvo:
¿Cosa de locos?... No. Más bien cosa de visionarios, valientes y de gente que,
como Germán Monzón Salas, tal vez crea más en nuestras capacidades que nosotros
mismos.
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